Se hace un balance estadístico de 5 años de trabajo en el Servicio de Ortopedia Geriátrica del Hospital Ortopédico Docente "Fructuoso Rodríguez", desde su creación en el año 1997 hasta el 2002. Se analizan los logros más importantes del Servicio: la atención altamente calificada a los pacientes geriátricos, con el personal asistencial actualizado en cursos de Geriatría, incremento de los pacientes atendidos en la Sala, ampliación de los servicios quirúrgicos, el 70 % de pacientes con fractura de cadera operados en las primeras 24 horas, la reducción de la morbimortalidad de los pacientes con fractura de cadera y en general, mejor atención a los pacientes y sus familiares. Palabras clave: Geriatría, fractura de cadera, tasa de mortalidad La población cubana, como consecuencia de la disminución marcada en la tasa de natalidad, de la reducción de la mortalidad general y en mucho menor escala por el saldo migratorio, tiene en estos momentos lo que se denomina en Demografía pródromos acusados de vejez poblacional. Con una población de 11 millones de habitantes, en Cuba existe algo más del 12 % de la población por encima de los 60 años, la denominada tercera edad como inicio de la vejez cronológica. Del total de la población de ancianos, que alcanza 1,3 millones, una tercera parte, es decir, 400 000 ancianos se encuentran por encima de 75 años ( Informe anual, 1998. Dirección Nacional de Estadísticas; MINSAP, Cuba;1999), edad que se considera por muchos la cuarta edad, ya que los ancianos que arriban a ella presentan generalmente una mayor fragilidad biopsicosocial y por consiguiente, tienen mayores posibilidades de sufrir afectaciones en cualquiera de estas esferas, presentar complicaciones y morir. El Ministerio de Salud Pública de Cuba ha orientado los lineamientos de un subprograma para la atención hospitalaria de los ancianos, como parte integral del Programa de Atención del Adulto Mayor de este Ministerio. Por las razones expresadas anteriormente, el Hospital Ortopédico Docente "Fructuoso Rodríguez" creó a partir del mes de junio del año 1997 el Servicio de Ortopedia Geriátrica, donde ingresan y reciben una atención integral los pacientes mayores de 60 años con afecciones ortopédicas y traumatológicas, especialmente los pacientes con fractura de cadera como fractura más frecuente e invalidante de este grupo de edad. Las fracturas y particularmente, la fractura de cadera, es una afección de creciente importancia en las personas de edad avanzada, tanto por las consecuencias que implica, como por los importantes costos sociales y económicos provocados por ella.1,2 Es bastante frecuente a medida que se progresa en edad, se calcula que por cada 100 000 personas, cerca de 100 sufren una fractura de cadera en un año. Si se hace referencia a personas mayores de 80 años, casi el 3 % ha sufrido una fractura de cadera.3 Existen muchos factores que influyen para que un hueso se fracture. Podrían separarse en 2 grandes grupos, el primero es la resistencia del hueso y el segundo, la energía aplicada a éste para que se rompa. La resistencia del hueso está determinada fundamentalmente por la masa ósea, es decir, la buena calidad del hueso, que tiene que ver con la densidad mineral que contiene. Se estima que en la tercera década de la vida se llega al máximo nivel de masa ósea, y de ahí en adelante se pierde paulatinamente hasta la menopausia en el caso de las mujeres, y cerca de los 70 años en los hombres, cuando la pérdida es mucho más acentuada. Lo anterior está vinculado de alguna forma con la osteoporosis, enfermedad propia de adultos mayores en la que se pierde el calcio de los huesos, lo que los hace más frágiles y propensos a romperse.4 Sin embargo, en las personas mayores, tan importante como la calidad del hueso son los golpes que puedan recibir. Por eso, las caídas son un factor esencial en el riesgo de padecer fracturas de cadera. Los ancianos se caen por muchas causas: alteraciones para caminar, visión defectuosa, falta de equilibrio, accidentes ocasionados por barreras arquitectónicas como las escaleras sin pasamanos y sin antideslizantes, desniveles de la acera, falta de iluminación nocturna para concurrir al servicio higiénico y otras. Se estima que las mujeres tienen 3 veces más fracturas que los hombres, es por tanto el sexo femenino el más propenso. También influye el color de la piel, pues las personas de piel negra tienen mayor resistencia que las de piel blanca. La edad es un obvio elemento asociado
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