La interocepción como censado del estado homeostático y visceral, ha sido recientemente postulada como requisito para la conciencia de estados emocionales corporales (Craig, 2009). Vías parasimpáticas y espinotalámicas que codifican esta información corporal tienen relevo en la corteza insular. Simultáneamente, han sido descriptas otras funciones insulares implicadas en procesos conscientes, como la intencionalidad, la toma de decisiones, la conciencia sensorio-motora, la percepción temporal, reconocer la imagen visual de uno mismo o percibir confiables a otros individuos (Craig, 2009; Ibanez, Gleichgerrcht, & Manes, 2010). Esta evidencia, sumada a resultados de estudios de lesión y neuroimágenes funcionales, sugiere que la corteza insular anterior (IA) sería la encargada de integrar se?ales multimodales cognitivas, emocionales y sociales para dirigir las conductas motivacionales que entra?an la supervivencia del individuo. En esta revisión analizamos el cúmulo de evidencia que involucran a la interocepción y al procesamiento insular integrativo en el surgimiento de estados emocionales conscientes, a través de estudios de lesiones y de técnicas de conectividad funcional en resonancia magnética funcional (RMF).
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